Calidad de Energía Eléctrica: Guía técnica para instalaciones industriales
La calidad de energía eléctrica es el conjunto de parámetros y características que debe tener el suministro eléctrico para garantizar el funcionamiento seguro, confiable y eficiente de los equipos conectados. No se trata solo de la disponibilidad de energía, sino de la estabilidad del voltaje, la constancia de la frecuencia y la pureza de la forma de onda senoidal, factores cruciales para la operación de sistemas críticos en entornos industriales y comerciales.
Una mala calidad de energía se traduce directamente en fallas operativas, paros de producción no programados y daños permanentes en activos costosos, impactando la rentabilidad y la continuidad del negocio.
La importancia de una energía estable y limpia
En el contexto industrial de México, donde la automatización, la electrónica de potencia y los sistemas de control son fundamentales, una mala calidad de energía es una amenaza constante. Equipos sensibles como variadores de frecuencia, PLCs, sistemas SCADA y servidores no toleran desviaciones en el suministro. Una energía “sucia” o inestable puede causar desde fallos intermitentes hasta averías catastróficas.
El impacto directo en la operación se manifiesta de formas concretas y perjudiciales:
- Fallas en equipos sensibles: Componentes modernos como variadores de frecuencia, computadoras y sistemas de control son vulnerables a variaciones de voltaje que antes eran insignificantes. Hoy, estas perturbaciones causan errores de procesamiento o daños irreparables en la electrónica.
- Reducción de la vida útil: El sobrecalentamiento provocado por armónicos o desbalances de voltaje es un asesino silencioso. Degrada el aislamiento de motores y transformadores, acortando su vida útil y elevando el riesgo de fallas catastróficas.
- Ineficiencia energética: Un suministro contaminado, especialmente con bajo factor de potencia o alta distorsión armónica, obliga a los equipos a consumir más energía para realizar el mismo trabajo, lo que se traduce directamente en mayores costos operativos y facturas eléctricas elevadas.
Asegurar la calidad de la energía no es un gasto, es una inversión estratégica en la continuidad operativa. Protege activos, optimiza la producción y garantiza el cumplimiento con normativas clave como el estándar IEEE 519 y las especificaciones de CFE.
Para entender mejor estos problemas, hemos preparado una tabla resumen con las perturbaciones más frecuentes y el impacto directo que tienen en instalaciones y equipos críticos.
Problemas comunes en la calidad de energía y sus efectos
| Problema de Calidad | Descripción Breve | Impacto Directo |
|---|---|---|
| Armónicos | Distorsiones de la onda senoidal causadas por cargas no lineales (VFDs, LEDs). | Sobrecalentamiento de cables y transformadores, disparos de interruptores, fallas en bancos de capacitores. |
| Sags (caídas) | Reducción momentánea del voltaje, usualmente por debajo del 90% del nominal. | Reinicios de PLCs y computadoras, fallas en variadores de frecuencia, paros de línea de producción. |
| Swells (sobretensiones) | Aumento momentáneo del voltaje, por encima del 110% del nominal. | Daño permanente a fuentes de poder, tarjetas electrónicas y sistemas de control. |
| Transientes | Picos de voltaje de muy corta duración pero de gran amplitud, causados por rayos o maniobras. | Destrucción inmediata de componentes electrónicos sensibles y microprocesadores. |
| Interrupciones | Pérdida total del suministro eléctrico. | Paro total de la producción, pérdida de datos críticos, riesgo de daños al rearrancar equipos. |
Como se puede ver, cada problema tiene consecuencias directas y costosas, haciendo indispensable un monitoreo y gestión activa de la calidad energética.
La siguiente imagen ilustra perfectamente cómo estas perturbaciones deforman la onda senoidal ideal que nuestros equipos esperan recibir.

Como se observa, desviaciones como sobretensiones, caídas de tensión (sags), armónicos e interrupciones alteran la onda senoidal pura, provocando el mal funcionamiento de los equipos conectados a la red.
Parámetros clave que definen una energía de calidad
Para evaluar la calidad de la energía eléctrica desde una perspectiva técnica, es necesario medir parámetros específicos que actúan como los “signos vitales” del suministro. En condiciones ideales, la electricidad llegaría como una onda senoidal perfecta con voltaje y frecuencia constantes. Sin embargo, la realidad de las redes eléctricas, tanto por factores internos de la planta como externos del sistema de distribución, introduce múltiples desviaciones.
Identificar y cuantificar estos parámetros es el primer paso para diagnosticar problemas y diseñar soluciones de ingeniería efectivas.
El siguiente gráfico te da una idea visual de lo que un buen técnico o ingeniero busca al analizar un suministro eléctrico.

Como ves, la onda senoidal pura es nuestro punto de referencia, nuestra “línea base”. Cualquier deformación o desviación de esa forma ideal es una señal de alerta que puede estar afectando a los equipos conectados.
Variaciones de voltaje: los famosos sags y swells
Las variaciones de voltaje de corta duración son de las perturbaciones más comunes y dañinas en entornos industriales. No son un apagón, sino un cambio súbito en la magnitud del voltaje.
- Sags (Hundimientos de tensión): Se trata de reducciones momentáneas del voltaje, típicamente por debajo del 90% de su valor nominal. Su duración es breve —a menudo menos de un segundo—, pero es suficiente para causar estragos en equipos sensibles. Un sag provocado por el arranque de un motor de gran tamaño puede causar el reinicio de PLCs o el disparo de variadores de frecuencia.
- Swells (Sobretensiones momentáneas): Es el fenómeno opuesto: un incremento súbito del voltaje que supera el 110% del valor nominal. Aunque son menos frecuentes que los sags, su potencial destructivo es mayor. Un swell puede dañar irreversiblemente las fuentes de poder de equipos electrónicos y degradar el aislamiento de componentes eléctricos.
Estos eventos son tan rápidos que a menudo pasan desapercibidos para el personal, pero no para la electrónica moderna.
Distorsión armónica total (THD)
La distorsión armónica es una forma de “contaminación” de la onda senoidal, causada por cargas no lineales como variadores de frecuencia, fuentes de alimentación conmutadas (SMPS), hornos de arco e iluminación LED. Estos equipos consumen corriente en pulsos en lugar de hacerlo de forma continua, lo que deforma la onda de voltaje del sistema.
La métrica para cuantificar esta deformación es la Distorsión Armónica Total (THD). Un THD elevado provoca sobrecalentamiento en cables, transformadores y motores, reduce la eficiencia energética y puede causar el disparo intempestivo de interruptores y protecciones.
Para mantener la integridad de la red, la norma IEEE 519 establece límites estrictos de THD que los usuarios deben cumplir en el punto de acoplamiento común (PCC).
Picos de voltaje (transitorios)
Los transitorios, también conocidos como spikes o picos, son eventos de sobretensión de gran amplitud y duración extremadamente corta (microsegundos). Sus causas más comunes son descargas atmosféricas (rayos), conmutación de grandes cargas o maniobras en la red de la compañía suministradora (CFE).
A pesar de su corta duración, la energía que liberan puede alcanzar miles de voltios. Un solo transitorio es capaz de destruir microprocesadores, tarjetas de control y otros componentes electrónicos sensibles que carezcan de protección adecuada, siendo una causa principal de fallas inexplicables en equipos de automatización.
Fluctuaciones de voltaje (flicker)
El flicker, o parpadeo, es una variación rápida y repetitiva del voltaje que se percibe como un cambio en la intensidad luminosa. Aunque a menudo se considera una simple molestia visual, es un síntoma de inestabilidad en la red eléctrica.
Generalmente, el flicker es causado por grandes cargas cíclicas como máquinas de soldar, hornos de inducción o compresores. Más allá de generar fatiga visual, estas fluctuaciones indican problemas de estabilidad que pueden afectar a otros equipos más sensibles. El estándar IEC 61000-4-15 define los métodos de medición y los límites aceptables para este fenómeno.
De dónde vienen los problemas de calidad de energía: ¿causas internas o externas?
Para implementar una solución efectiva a un problema de calidad de energía eléctrica, es fundamental identificar su origen. Las perturbaciones pueden originarse tanto en la red de suministro público como dentro de la propia instalación industrial. Realizar este diagnóstico es crucial para aplicar la corrección adecuada y evitar inversiones innecesarias.
Las causas se clasifican en dos grandes grupos: externas, provenientes de la red de distribución, e internas, generadas por los propios equipos y procesos del usuario.
Orígenes externos: cuando el problema viene de la red
Las causas externas son aquellas sobre las que el usuario no tiene control directo. Se originan en la red de distribución, gestionada en México por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y afectan a todos los usuarios conectados al mismo circuito.
Los problemas externos más comunes incluyen:
- Fallas en la red de distribución: Cortocircuitos, fallas en transformadores de subestación o la operación de seccionadores y restauradores pueden generar sags, swells y transitorios que se propagan a través de la red hasta las instalaciones del usuario.
- Fenómenos atmosféricos: Las descargas atmosféricas (rayos) son una fuente principal de transitorios de alta energía, capaces de dañar equipos sensibles a kilómetros de distancia si no existen supresores de picos adecuados.
- Inestabilidad por fuentes renovables: La intermitencia de la generación eólica y solar puede introducir variabilidad de voltaje y frecuencia en la red. Si no se gestiona adecuadamente con sistemas de almacenamiento y control, estas fluctuaciones impactan la estabilidad del suministro.
La red nacional en México enfrenta desafíos significativos. La dependencia de combustibles fósiles (más del 67% de la generación para 2024-2025) crea vulnerabilidad ante la volatilidad de precios del gas natural y eventos climáticos que afectan la estabilidad del sistema. Puedes aprender más sobre el panorama energético de México y su impacto en la calidad del suministro.
Orígenes internos: cuando el problema está en la planta
Con frecuencia, la fuente del problema se encuentra dentro de la propia instalación. Las causas internas son responsabilidad directa del usuario y, aunque a menudo se pasan por alto, son las que se pueden solucionar con mayor control.
Es un error común atribuir a CFE problemas que, en realidad, se generan internamente. Un análisis técnico profesional es indispensable para diferenciar el origen y aplicar la solución correcta.
Las principales causas internas que degradan la calidad de la energía son:
- Cargas no lineales: Equipos como variadores de frecuencia (VFDs), soldadoras de arco, iluminación LED y fuentes de poder conmutadas son los principales generadores de distorsión armónica (THD). Esta “contaminación” sobrecalienta el cableado, transformadores y motores.
- Arranque de motores grandes: El arranque directo de motores de gran potencia provoca caídas de tensión (sags) severas que pueden afectar a otros equipos sensibles en el mismo circuito, como PLCs y sistemas de control.
- Cableado deficiente: Conductores subdimensionados o conexiones flojas aumentan la impedancia del sistema, lo que resulta en caídas de voltaje, pérdidas de energía por calor y un potencial riesgo de incendio.
- Mala puesta a tierra: Un sistema de tierras inadecuado no puede disipar eficazmente el “ruido” eléctrico ni los transitorios, dejando a los equipos electrónicos vulnerables a daños.
Determinar si la causa es interna o externa es el primer paso para diseñar una solución de ingeniería robusta, ya sea un regulador de voltaje para protegerse de la red externa o un filtro de armónicos para mitigar la contaminación generada internamente.
El marco normativo: las reglas del juego en la calidad de energía
En el ámbito eléctrico, las normativas son esenciales para garantizar la seguridad, la interoperabilidad y la estabilidad de la red. Actúan como un lenguaje técnico común entre el suministrador de energía (CFE), los fabricantes de equipos y los usuarios finales.
En México, el cumplimiento de estas normativas no es opcional; es la base de cualquier proyecto eléctrico seguro y confiable. Ignorarlas puede resultar en fallas de equipos, sanciones regulatorias o accidentes graves.
CFE: el guardián de la red nacional
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) establece las especificaciones técnicas para la conexión a la red nacional. Su objetivo es evitar que las instalaciones de un usuario degraden la calidad del suministro y afecten a otros conectados al mismo sistema.
Una de las normativas fundamentales es la CFE G0000-45, que regula la interconexión de centrales de generación y grandes centros de carga. Este documento establece los límites de calidad de energía que deben cumplirse en el punto de acoplamiento común (PCC), incluyendo valores máximos para:
- Fluctuaciones de tensión y flicker.
- Distorsión armónica.
- Desbalance de fases.
- Factor de potencia.
El cumplimiento de la G0000-45 es un requisito indispensable para la conexión legal y segura de cualquier instalación de media o alta tensión.
Estándares internacionales IEEE: la voz de la experiencia global
Además de las regulaciones locales, los estándares del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) son la referencia técnica a nivel mundial. Representan las mejores prácticas de la ingeniería, desarrolladas y validadas por expertos globales.
En materia de calidad de energía, la norma IEEE 519 es el estándar de referencia. Su objetivo es limitar la distorsión armónica que las cargas de un usuario pueden inyectar en la red, protegiendo tanto el sistema de CFE como los equipos de otros usuarios.
El estándar IEEE 519 establece límites para la distorsión de corriente (TDD) y de voltaje (THDv) que varían según la robustez de la red en el punto de conexión, asegurando una distribución equitativa de responsabilidades.
Para entender mejor estos límites, la norma IEEE 519 proporciona tablas de referencia. La siguiente tabla muestra los límites de distorsión de corriente que un usuario puede inyectar en el Punto de Acoplamiento Común (PCC), dependiendo de la robustez de la red local.
Límites de distorsión armónica de corriente según IEEE 519
| ISC/IL | <11 | 11≤h<17 | 17≤h<23 | 23≤h<35 | 35≤h | TDD |
|---|---|---|---|---|---|---|
| <20 | 4.0 | 2.0 | 1.5 | 0.6 | 0.3 | 5.0 |
| 20<50 | 7.0 | 3.5 | 2.5 | 1.0 | 0.5 | 8.0 |
| 50<100 | 10.0 | 4.5 | 4.0 | 1.5 | 0.7 | 12.0 |
| 100<1000 | 12.0 | 5.5 | 5.0 | 2.0 | 1.0 | 15.0 |
| >1000 | 15.0 | 7.0 | 6.0 | 2.5 | 1.4 | 20.0 |
ISC: Corriente de cortocircuito en el PCC. IL: Corriente de carga máxima a la frecuencia fundamental. TDD: Distorsión total de la demanda.
Como puedes ver, a una red más robusta (mayor relación ISC/IL) se le permiten mayores niveles de distorsión. Esto es crucial para un diseño eléctrico bien fundamentado y para resolver disputas sobre quién es el responsable de un problema de armónicos.
Normas IEC: ¿qué tan resistentes son tus equipos?
La Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) complementa este marco normativo. Mientras que IEEE 519 se enfoca en limitar la contaminación que el usuario inyecta en la red, las normas IEC establecen el nivel de inmunidad que los equipos deben tener frente a las imperfecciones del suministro.
La serie IEC 61000 es la referencia en este campo. Define la robustez que deben tener los equipos eléctricos y electrónicos frente a perturbaciones comunes como:
- Hundimientos de tensión (sags) e interrupciones cortas (IEC 61000-4-11).
- Ráfagas de transitorios rápidos (IEC 61000-4-4).
- Picos y sobretensiones (IEC 61000-4-5).
Adquirir equipos de fabricantes reconocidos como Arteche, Hitachi Energy o ABB, que cumplen con estos estándares, garantiza que están diseñados para operar de manera confiable en entornos eléctricos reales.
El sistema eléctrico nacional trabaja con voltajes enormes: 400,000 V, 230,000 V y 115,000 V en alta tensión, y de 34,500 V a 13,800 V en media tensión. Sin embargo, la rápida integración de energías renovables añade una capa de complejidad. Esta variabilidad provoca fluctuaciones de voltaje, armónicos y retos de estabilidad, lo que supone un desafío técnico enorme para CFE y los operadores del sistema. Si te interesa el tema, puedes aprender más sobre la calidad de la potencia con la integración de renovables en México.
¿Cómo se diagnostican los problemas de calidad de la energía?
Para solucionar eficazmente un problema de calidad de energía, es indispensable un diagnóstico preciso. Invertir en equipos de mitigación sin un análisis previo es una estrategia costosa y, generalmente, ineficaz.
El primer paso siempre debe ser un estudio de calidad de energía. Este análisis funciona como una “radiografía” del sistema eléctrico, permitiendo detectar anomalías, identificar patrones y determinar la causa raíz de las fallas operativas.
Con un diagnóstico basado en datos, cualquier inversión en soluciones estará justificada y orientada a resolver el problema de forma definitiva.
El proceso de diagnóstico, paso a paso
Un análisis profesional de calidad de energía sigue una metodología rigurosa para asegurar que los datos recopilados sean representativos y útiles.
El proceso se puede resumir en tres etapas clave:
- Planificar dónde y qué medir: La selección de puntos de medición estratégicos es fundamental para aislar el origen del problema y diferenciar entre causas internas y externas.
- Instalar y configurar los equipos: Se deben utilizar analizadores de redes de alta precisión, configurados para capturar todas las perturbaciones relevantes, incluyendo eventos de corta duración como los transitorios.
- Analizar e interpretar los datos: Esta etapa requiere experiencia en ingeniería para correlacionar los eventos eléctricos registrados (ej. un sag de voltaje) con las fallas operativas observadas (ej. el reinicio de un PLC).
Definiendo los puntos de medición estratégicos
La elección de los puntos de monitoreo es un paso decisivo. Una selección adecuada permite determinar si las perturbaciones provienen de la red de CFE o si son generadas dentro de la propia instalación.
Los puntos de medición clave suelen ser:
- La acometida general (PCC): Medir en el Punto de Acoplamiento Común permite evaluar la calidad de la energía que entrega el suministrador.
- Tableros de distribución principales: El monitoreo en estos puntos ayuda a identificar si el problema se origina en un área específica de la planta.
- Cargas críticas o sospechosas: Si se sospecha que un equipo particular (ej. un gran variador de frecuencia) está generando perturbaciones, se instala un medidor directamente en su alimentación para confirmar o descartar la hipótesis.
Para que un diagnóstico sea técnicamente válido y sus resultados confiables, es indispensable usar analizadores de redes Clase A, que cumplen con la norma IEC 61000-4-30. Estos equipos son el estándar industrial y garantizan la precisión necesaria para tomar decisiones de ingeniería o para respaldar un reclamo formal ante CFE.
La interpretación de los resultados: donde los datos cobran sentido
Una vez recopilados los datos durante un período representativo (generalmente una semana para capturar un ciclo operativo completo), comienza el análisis técnico. El ingeniero busca correlaciones entre los datos eléctricos y los eventos reportados en la operación.
¿El sag de voltaje coincide con el arranque de un motor de gran capacidad? ¿La distorsión armónica aumenta significativamente cuando opera una línea de producción específica?
Responder estas preguntas conduce a la causa raíz. Solo con este diagnóstico certero se puede diseñar una solución a la medida, como un filtro de armónicos, un regulador de voltaje o una mejora del sistema de tierras, garantizando una solución efectiva y evitando gastos innecesarios.
Soluciones para corregir la mala calidad de energía
Con un diagnóstico preciso que identifica la causa raíz del problema, el siguiente paso es implementar la solución de ingeniería adecuada. Corregir la mala calidad de energía eléctrica requiere la aplicación de tecnologías específicas diseñadas para mitigar cada tipo de perturbación, protegiendo así los activos y la continuidad operativa de la planta.

Cada problema, desde la distorsión armónica hasta los transitorios de voltaje, tiene una solución tecnológica específica. El éxito reside en seleccionar el equipo correcto para cada escenario, asegurando que la inversión sea efectiva y rentable.
Equipos clave para la mitigación de perturbaciones
La ingeniería eléctrica moderna ofrece un amplio portafolio de soluciones para restaurar la calidad del suministro eléctrico. Estos equipos actúan como filtros, reguladores o escudos protectores, cada uno especializado en un tipo de perturbación.
Las soluciones tecnológicas más comunes en el sector industrial incluyen:
- Filtros de armónicos (activos y pasivos): Son la solución directa para la distorsión armónica (THD) generada por cargas no lineales. Los filtros pasivos son una opción robusta y económica para cargas constantes, mientras que los filtros activos son soluciones dinámicas que inyectan corrientes en contrafase para “cancelar” los armónicos en tiempo real, adaptándose a cargas variables.
- Reguladores de voltaje: Protegen contra las variaciones de voltaje (sags y swells) provenientes de la red externa. Compensan las fluctuaciones de manera instantánea, entregando un voltaje estable a los equipos críticos y previniendo paros o daños.
- Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (UPS): Indispensables para cargas críticas como servidores, sistemas de control (PLCs, SCADA) y centros de datos. Un UPS proporciona protección contra múltiples perturbaciones y suministra energía de respaldo durante interrupciones, permitiendo un apagado seguro o la transición a un generador.
- Supresores de Transitorios de Voltaje (TVSS): Constituyen la primera línea de defensa contra picos de voltaje (spikes) causados por rayos o maniobras en la red. Desvían el exceso de energía a tierra en nanosegundos, protegiendo a la electrónica sensible de daños instantáneos y catastróficos.
La importancia de la confiabilidad y el cumplimiento normativo
Seleccionar la tecnología adecuada es solo una parte del proceso. Es igualmente crucial elegir equipos de fabricantes que garanticen confiabilidad, seguridad y cumplimiento normativo. Marcas líderes como G&W Electric, Hitachi Energy o ABB no solo ofrecen productos que cumplen con los estándares IEEE e IEC, sino que también proporcionan el respaldo técnico y la experiencia necesarios para una implementación exitosa.
Invertir en soluciones de marcas reconocidas es una garantía para la operación. Proporciona la certeza de que los equipos funcionarán según lo especificado, protegiendo activos valiosos y asegurando la continuidad del negocio a largo plazo.
En México, donde la cobertura eléctrica alcanzó un 99.43% en 2023, la estabilidad de la red es una prioridad nacional. El Plan de Fortalecimiento y Expansión del Sistema Eléctrico Nacional 2025-2030 contempla una inversión de 624,618 millones de pesos para añadir 29,000 MW de capacidad. Este crecimiento masivo tiene que ir de la mano con una gestión robusta de la calidad de la energía para que el suministro sea verdaderamente confiable y estable. Si te interesa el tema, puedes conocer más detalles sobre los planes de expansión del sistema eléctrico mexicano.
Preguntas frecuentes sobre calidad de la energía
Para concluir esta guía, respondemos algunas de las preguntas más comunes que enfrentan los ingenieros y responsables de mantenimiento en su día a día.
¿Quién es responsable de la calidad de la energía: la CFE o yo como usuario?
La responsabilidad es compartida. La clave es entender dónde se delimitan las obligaciones de cada parte.
- CFE es responsable de entregar energía en el punto de acoplamiento común (PCC) cumpliendo con los parámetros establecidos en el Código de Red y otras normativas aplicables. Su responsabilidad termina en el punto de entrega.
- El usuario es responsable de la calidad de la energía dentro de su instalación. Los problemas generados internamente, como armónicos por variadores de frecuencia o sags por arranque de motores, son responsabilidad del usuario.
La única forma de determinar con certeza el origen de un problema es mediante un estudio profesional con analizadores de redes Clase A. Este análisis permite diferenciar entre perturbaciones externas e internas, lo cual es fundamental para definir responsabilidades y aplicar la solución correcta.
¿Cuáles son las primeras señales de que tengo mala calidad de la energía?
Los problemas de calidad de energía suelen manifestarse a través de síntomas sutiles antes de convertirse en fallas críticas. Identificarlos a tiempo es clave.
Las señales más comunes incluyen:
- Calentamiento excesivo: Motores, cables o transformadores que operan a temperaturas elevadas sin estar sobrecargados, a menudo debido a la circulación de corrientes armónicas.
- Disparo de protecciones: Interruptores termomagnéticos o diferenciales que se disparan sin una sobrecarga o cortocircuito evidente, frecuentemente por picos de corriente o transitorios.
- Parpadeo de luces (flicker): Variaciones visibles en la intensidad de la iluminación, indicativas de fluctuaciones de voltaje.
- Fallas en equipos electrónicos: Reinicios espontáneos, errores de datos o daños recurrentes en PLCs, computadoras y variadores de frecuencia.
¿Cada cuánto tiempo debería hacer un estudio de calidad de la energía?
No existe una regla única, ya que la frecuencia depende de la criticidad y dinámica de la operación. Sin embargo, se recomiendan las siguientes buenas prácticas:
- De forma preventiva: Realizar un estudio completo cada 3 a 5 años para establecer una línea base y monitorear la salud del sistema eléctrico.
- Cuando surgen problemas: Inmediatamente después de observar fallas recurrentes sin causa aparente.
- Antes de una expansión: Previo a la instalación de nueva maquinaria de gran capacidad o la adición de una nueva línea de producción para asegurar que el sistema existente puede soportar la nueva carga.
- Después de cambios significativos: Siempre que se realicen modificaciones importantes en la instalación eléctrica, para verificar que la calidad de la energía no se ha degradado.
Una gestión proactiva de la calidad de la energía eléctrica es fundamental para la confiabilidad y eficiencia de cualquier operación industrial. Con un diagnóstico preciso y la implementación de soluciones de ingeniería robustas de marcas líderes como G&W Electric, Hitachi Energy y Arteche, es posible proteger los activos, asegurar la continuidad operativa y cumplir con los estándares regulatorios más exigentes. Explora nuestras soluciones de calidad de energía y automatización en nuestro sitio web.