Guía experta en reparacion de transformadores
La reparacion de transformadores es un servicio de ingeniería especializado cuyo objetivo es restaurar la funcionalidad, fiabilidad y seguridad de un transformador de potencia que ha sufrido una falla o degradación en su desempeño. A diferencia del mantenimiento preventivo, que busca anticipar problemas, la reparación correctiva entra en juego cuando el equipo ya presenta una anomalía operativa, devolviendo a la vida un activo crucial para la continuidad del suministro eléctrico bajo estrictos estándares técnicos.
Cuando un transformador falla, no es solo un componente que se avería; es una interrupción crítica que puede costar caro, tanto en pérdidas económicas como en riesgos operativos. Por ello, optar por una reparación profesional no es un simple arreglo, sino una decisión estratégica que impacta directamente en la resiliencia de la red eléctrica.
Por qué reparar un transformador es una decisión estratégica

En el ámbito de la distribución eléctrica de media y alta tensión, la fiabilidad no es negociable. Un transformador fuera de servicio puede paralizar operaciones industriales, generar penalizaciones para las empresas de servicios públicos y comprometer la seguridad. Por lo tanto, la decisión de reparar un equipo dañado en lugar de reemplazarlo no se basa únicamente en el costo inicial; es un análisis integral que afecta la eficiencia, la seguridad y la rentabilidad de toda la infraestructura.
Cuando se opta por una reparacion de transformadores ejecutada bajo normativas rigurosas como las de CFE, LAPEM, IEC e IEEE, los beneficios superan con creces la opción del reemplazo, especialmente en un contexto de cadenas de suministro extendidas.
Beneficios clave de la reparación frente al reemplazo
Decidir reparar un activo tan crítico se apoya en ventajas operativas y financieras muy claras. En lugar de enfrentarse a un gasto de capital elevado y largos plazos de entrega, la reparación se maneja como una inversión controlada que recupera la funcionalidad del equipo de forma eficiente.
- Optimización de la inversión: En la mayoría de los casos, reparar un transformador representa un costo significativamente menor que adquirir uno nuevo. Esto libera capital que puede destinarse a otras áreas críticas del negocio.
- Reducción de tiempos de inactividad: Los plazos de entrega para transformadores nuevos, especialmente los de media y alta tensión, pueden extenderse por meses. En contraste, una reparación bien planificada puede tener el equipo de vuelta en servicio en una fracción de ese tiempo, minimizando las pérdidas productivas y operativas.
- Sostenibilidad y economía circular: Extender la vida útil de los equipos existentes no solo es financieramente inteligente. También contribuye a reducir el desperdicio industrial y la demanda de nuevos recursos, alineando la operación con objetivos de sostenibilidad corporativa.
- Aseguramiento del cumplimiento normativo: Una reparación profesional garantiza que el transformador no solo funcione, sino que cumpla con las especificaciones y normativas vigentes, un requisito indispensable para operar en la red eléctrica nacional.
Un mercado en crecimiento que valida la estrategia
La relevancia de estos servicios se refleja claramente en las cifras del sector. De acuerdo con el análisis del mercado mexicano de transformadores, este alcanzó un valor de 1,109.09 millones de dólares y se proyecta que llegará a los 2,237.48 millones de dólares para 2033. Este crecimiento, impulsado por la expansión de la red eléctrica y la integración de energías renovables, subraya la criticidad de mantener la infraestructura existente en condiciones óptimas.
Un proceso de reparación bien ejecutado no solo soluciona una falla; restaura la confiabilidad del activo, garantizando que el transformador cumpla o incluso supere sus especificaciones de rendimiento originales. Es una reafirmación de la ingeniería y la gestión de activos.
En resumen, considerar la reparacion de transformadores es una jugada proactiva. Permite a las empresas eléctricas, firmas EPC y grandes usuarios industriales no solo solucionar un problema inmediato, sino también fortalecer la resiliencia de su red, asegurar el cumplimiento normativo y gestionar sus activos de una forma mucho más eficiente. La experiencia de líderes del sector como G&W Electric o Hitachi Energy demuestra que un enfoque técnico y meticuloso en la reparación es fundamental para el éxito operativo a largo plazo.
El diagnóstico: La clave para una reparación exitosa
En la reparación de transformadores, el éxito no depende de la velocidad, sino de la precisión del diagnóstico inicial. Esta etapa es el cimiento sobre el cual se construye todo el proceso, ya que determina no solo la causa raíz de la falla, sino también la viabilidad técnica y económica de la reparación frente al reemplazo del equipo.
Un diagnóstico deficiente conduce a reparaciones costosas que no resuelven el problema de fondo, resultando en fallas recurrentes y tiempos de inactividad inaceptables. Por el contrario, una evaluación metódica y completa, basada en datos y normativas, proporciona una hoja de ruta clara que permite tomar decisiones informadas y planificar los recursos con certeza.
Las pruebas eléctricas: La primera línea de defensa
Para evaluar el estado interno del transformador, nos apoyamos en un conjunto de pruebas eléctricas estandarizadas. Cada una aporta una pieza clave de información, y juntas, ofrecen un panorama completo sobre la condición del equipo.
- Medición de resistencia de aislamiento (Megger): Evalúa la integridad del sistema de aislamiento entre los devanados y de estos a tierra. Un valor bajo es un indicador inequívoco de problemas como humedad, contaminación del aceite dieléctrico o envejecimiento del material aislante.
- Prueba de relación de transformación (TTR): Verifica que la relación de vueltas entre el devanado primario y secundario corresponda exactamente con las especificaciones de diseño. Desviaciones en esta medición sugieren cortocircuitos entre espiras o problemas en el cambiador de derivaciones.
- Medición de resistencia óhmica de devanados: Detecta conexiones flojas, contactos de alta resistencia en el cambiador de taps o conductores abiertos. La comparación de resultados entre fases es crucial; cualquier asimetría significativa indica un problema localizado.
El análisis de gases disueltos (DGA): Una "biometría hemática" para el transformador
Si las pruebas eléctricas son el examen físico, el Análisis de Gases Disueltos (DGA) es el equivalente a un análisis de sangre. Es, de hecho, una de las herramientas de diagnóstico predictivo más potentes disponibles, capaz de detectar fallas incipientes mucho antes de que se manifiesten de forma catastrófica.
Cuando el aceite dieléctrico de un transformador se somete a estrés térmico o eléctrico, se descompone y libera gases específicos. El tipo y la concentración de cada gas revelan la naturaleza exacta de la falla interna. Por ejemplo, una alta concentración de acetileno es una señal inequívoca de arcos eléctricos de alta energía, una de las condiciones más peligrosas.
Un DGA bien interpretado permite distinguir entre un simple sobrecalentamiento y un arco eléctrico destructivo. Esta información es crucial, ya que brinda la oportunidad de intervenir de forma controlada antes de que el daño sea irreparable.
De los datos al diagnóstico: Conectando los puntos
La verdadera pericia reside no solo en ejecutar las pruebas, sino en interpretar los resultados de manera integral. Por ejemplo, una prueba de resistencia de aislamiento con un valor bajo indica un problema de aislamiento, pero es un dato genérico.
Sin embargo, si se combina con un DGA que muestra altos niveles de hidrógeno y metano, el diagnóstico se vuelve preciso: es altamente probable la existencia de descargas parciales que están degradando el aislamiento celulósico. Esta sinergia entre pruebas permite tomar decisiones acertadas. Si el problema es humedad, un proceso de secado al vacío puede ser suficiente. Pero si las pruebas apuntan a una carbonización severa por arcos, un rebobinado completo será inevitable.

Principales pruebas de diagnóstico y su interpretación
Esta tabla desglosa las pruebas eléctricas esenciales, su propósito y qué tipo de fallas nos ayudan a identificar a partir de resultados anómalos.
| Prueba Eléctrica | Propósito Principal | Posibles Fallas Detectadas (Ejemplos) |
|---|---|---|
| Resistencia de Aislamiento (Megger) | Evaluar la calidad del sistema de aislamiento general. | Humedad en los devanados, contaminación del aceite, envejecimiento del papel aislante. |
| Relación de Transformación (TTR) | Verificar la integridad de los devanados y el cambiador de derivaciones. | Cortocircuitos entre espiras, conexiones incorrectas, fallas en el cambiador de taps. |
| Análisis de Gases Disueltos (DGA) | Detectar fallas incipientes a través del análisis químico del aceite. | Arcos eléctricos, sobrecalentamiento de los devanados, descargas parciales (efecto corona). |
| Resistencia Óhmica | Comprobar la continuidad y la calidad de las conexiones internas. | Conexiones flojas o corroídas, contactos defectuosos en el cambiador, rotura de conductores. |
En definitiva, un diagnóstico preciso, fundamentado en datos empíricos y en la aplicación de normativas como las de IEEE y CFE, es el pilar de cualquier proyecto exitoso de reparación de transformadores. Es la única forma de garantizar que la solución sea la correcta, protegiendo la inversión y asegurando la confiabilidad del equipo a largo plazo.
Manos a la obra: el proceso de reparación de la parte activa
Una vez que el diagnóstico ha identificado la causa y el alcance de la falla, comienza el trabajo de ingeniería en el corazón del equipo: la parte activa, compuesta por el núcleo magnético y los devanados. La reparación en esta etapa es una tarea de alta precisión que define la fiabilidad futura del transformador.
La reparación de transformadores en esta fase no admite errores. Un manejo inadecuado del núcleo puede degradar permanentemente sus propiedades magnéticas, y un devanado mal fabricado es una falla latente. Por ello, cada paso se ejecuta siguiendo protocolos estrictos y normativas internacionales.
Extracción del conjunto núcleo-bobinas
El primer desafío es extraer la parte activa del tanque. Este procedimiento requiere equipos de izaje especializados y personal experto para manipular un conjunto que puede pesar varias toneladas sin causar daños. Durante la extracción, se documenta meticulosamente cada conexión, cable y soporte para asegurar un reensamble exacto, donde cualquier desviación milimétrica podría comprometer el aislamiento y la rigidez dieléctrica.
Reconstrucción de devanados: el núcleo del proceso
La reparación de los devanados es la etapa más crítica, ya que restaura la capacidad del transformador para soportar las tensiones y corrientes de diseño. Dependiendo del diagnóstico, se puede realizar desde una reparación localizada hasta un rebobinado completo.
- Materiales de alta calidad: El rendimiento a largo plazo depende de la calidad de los materiales. Se utilizan conductores de cobre electrolítico de alta pureza y aislamientos de primer nivel, como papel kraft térmicamente mejorado y cartón prespán (pressboard), que deben cumplir con normas como IEEE C57 para garantizar su resistencia a los esfuerzos eléctricos y térmicos.
- Técnica de bobinado precisa: El enrollado de los conductores requiere una tensión constante para evitar puntos flojos que puedan vibrar y desgastar el aislamiento. Además, una distribución uniforme de las espiras es fundamental para prevenir desequilibrios en el campo magnético y la formación de puntos calientes (hotspots).
Si algo define la integridad de un transformador, es la calidad de su aislamiento. Al rebobinar, cada capa de papel se aplica con una técnica especial para evitar burbujas de aire o arrugas. Esos pequeños defectos que parecen insignificantes son los que, bajo estrés eléctrico, se convierten en puntos de falla, provocando descargas parciales y, eventualmente, una falla catastrófica.
El manejo cuidadoso del núcleo magnético
El núcleo, compuesto por láminas de acero al silicio, guía el flujo magnético. Su eficiencia depende de que estas láminas permanezcan intactas y aisladas entre sí. Durante la reparación de transformadores, el manejo del núcleo es una operación delicada.
Está prohibido golpear o doblar las láminas, ya que esto crea cortocircuitos entre ellas, lo que incrementa las pérdidas en vacío (pérdidas por histéresis y corrientes parásitas). Unas pérdidas mayores se traducen en un transformador menos eficiente, que se calienta más y tiene una vida útil más corta. Para evitarlo, el desmontaje y montaje del yugo superior se realiza con herramientas especializadas y personal cualificado.
Un caso práctico: una reparación compleja
Consideremos un transformador de distribución que ha sufrido un cortocircuito severo. El diagnóstico revela un devanado de baja tensión deformado mecánicamente y aislamiento carbonizado.
En este escenario, el procedimiento correcto es el siguiente:
- Desmontaje completo: Se extrae la parte activa y se retira el yugo superior del núcleo para acceder a los devanados.
- Retiro de la bobina dañada: Se desbobina completamente la fase afectada, registrando datos clave como número de vueltas, calibre del conductor y configuración de conexiones.
- Fabricación de la nueva bobina: Utilizando conductores y aislamientos nuevos que cumplan con las normas IEC, se fabrica una bobina idéntica a la original.
- Inspección y limpieza del núcleo: Se limpia cualquier residuo de carbón del núcleo y se inspeccionan las láminas para asegurar que no haya daños que afecten su rendimiento.
- Montaje y conexión: Se instala el nuevo devanado, se reensambla el núcleo y se realizan las conexiones internas, asegurando el par de apriete correcto para evitar puntos calientes.
Este trabajo meticuloso, que combina ingeniería inversa con materiales modernos, es lo que diferencia una reparación superficial de una restauración completa. Empresas líderes como G&W Electric o Hitachi Energy basan la confianza en sus equipos en esta atención al detalle. Ese es el estándar que cualquier taller de reparación serio debe seguir.
Blindando el corazón del transformador: la clave está en la impregnación y el secado

Una vez reconstruida la parte activa, entramos en una etapa crucial de la reparacion de transformadores que define la longevidad del equipo: la impregnación con barniz dieléctrico y el secado en horno de alto vacío. Estos procesos constituyen el escudo protector contra la humedad y las vibraciones, dos de los principales enemigos de un transformador.
Omitir o ejecutar incorrectamente estos pasos es garantizar una falla prematura. Fabricantes de clase mundial como ABB o Hitachi Energy han perfeccionado estos tratamientos porque entienden que la durabilidad de un transformador reside en la calidad de su sistema de aislamiento.
La armadura invisible: impregnación con barniz dieléctrico
Tras la reparación de los devanados, la parte activa se sumerge por completo en un barniz dieléctrico especial. El objetivo es que el barniz penetre en cada espacio, impregnando los conductores y las capas de papel aislante.
Esta impregnación cumple funciones críticas:
- Soporte mecánico: Al curarse, el barniz solidifica el conjunto, proporcionando una resistencia excepcional a las vibraciones operativas y, crucialmente, a las enormes fuerzas electromecánicas generadas durante un cortocircuito.
- Barrera contra la humedad: El barniz sella los poros microscópicos del aislamiento, creando una barrera hidrofóbica que previene la degradación dieléctrica a largo plazo.
- Mejora de la disipación térmica: Al eliminar las bolsas de aire entre las capas de aislamiento, el barniz crea una ruta de transferencia de calor más eficiente desde los devanados hacia el aceite refrigerante, permitiendo una operación a menor temperatura.
Eliminando al enemigo N°1: secado en horno de alto vacío
Después de la impregnación, es imperativo eliminar cualquier rastro de humedad de los materiales celulósicos. Para ello, la parte activa se introduce en un horno de alto vacío donde se aplica calor controlado y una presión negativa intensa. Esta combinación reduce el punto de ebullición del agua, permitiendo su evaporación a temperaturas que no dañan el aislamiento.
Un secado inadecuado es una de las principales causas de falla en transformadores reparados. La humedad residual reduce drásticamente la rigidez dieléctrica del aislamiento, creando puntos débiles propensos a la ruptura.
Un aislamiento completamente seco no es negociable; es la base de la fiabilidad. El proceso de secado no se da por terminado hasta que las mediciones de resistencia de aislamiento (con un Megger) y el factor de potencia se clavan en los valores óptimos. Solo entonces tenemos la certeza de que la humedad ha sido erradicada por completo. Quien se salta esta verificación, está jugando con fuego.
El control del proceso es todo
Para que la impregnación y el secado sean efectivos, es necesario un control de proceso riguroso.
- Selección del barniz: Se debe elegir un barniz con la viscosidad adecuada para una penetración óptima y que sea compatible con la clase térmica del aislamiento (ej. Clase 155 °C o 180 °C).
- Curva de secado: El proceso sigue una curva específica de temperatura y nivel de vacío. Un calentamiento demasiado rápido puede dañar el papel antes de que la humedad se evapore por completo.
- Monitoreo constante: Durante el secado, se monitorean continuamente la resistencia de aislamiento y la presión del vacío. La estabilización de estas lecturas indica que el proceso ha concluido exitosamente.
Seguir estos protocolos garantiza que el transformador no solo quede reparado, sino restaurado a una condición óptima, con la robustez y fiabilidad que exigen las normativas de la industria como las de IEEE y los estándares de CFE.
La prueba de fuego: validación final y protocolos de calidad
El trabajo de reparación de transformadores no concluye con el reensamble. La etapa más crítica es la validación final, donde el equipo debe superar una rigurosa batería de pruebas eléctricas para certificar que su rendimiento cumple o supera las especificaciones de fábrica. Esta fase es una garantía de seguridad, fiabilidad y cumplimiento normativo.
Cada prueba simula las condiciones operativas y el estrés eléctrico que el transformador enfrentará en la red, asegurando que la reparación fue exitosa y que el equipo puede reintegrarse sin riesgos.
Pruebas de rutina y especiales: el veredicto definitivo
Los protocolos de prueba se basan en estándares internacionales como IEC 60076 y IEEE C57.12.90, así como en los requisitos específicos de CFE en México. Estas pruebas se clasifican en rutinarias, aplicadas a todos los transformadores, y especiales, realizadas a solicitud del cliente o para casos particulares.
El objetivo es confirmar que cada parámetro clave del transformador se encuentre dentro de las tolerancias de su placa de datos.
- Prueba de tensión aplicada (Hi-Pot): Se aplica una alta tensión entre cada devanado y tierra durante un minuto para verificar la solidez del aislamiento principal y detectar cualquier posible ruta de fuga.
- Prueba de tensión inducida: El transformador se sobreexcita para generar una tensión superior a la nominal en sus devanados. Esta prueba somete a estrés el aislamiento entre espiras y capas, revelando debilidades internas que podrían causar un cortocircuito.
- Medición de pérdidas en vacío (sin carga): Mide la energía que consume el núcleo magnético. Un valor elevado indica problemas en las láminas del núcleo, como cortocircuitos por un mal ensamble, lo que reduce la eficiencia del transformador.
- Medición de pérdidas con carga y verificación de impedancia: Con el secundario en cortocircuito, se aplica una tensión controlada hasta alcanzar la corriente nominal. Mide las pérdidas por efecto Joule (I²R) en los devanados y confirma que la impedancia es la correcta, un dato crucial para la coordinación de protecciones en la red.
Comparativa de Pruebas Pre y Post Reparación
Esta tabla comparativa ilustra cómo los valores de pruebas clave cambian drásticamente después de una reparación exitosa, validando la calidad del trabajo.
| Parámetro Medido | Valor Típico Antes de la Reparación (Falla) | Valor Esperado Después de la Reparación (Norma) |
|---|---|---|
| Resistencia de aislamiento | < 1 GΩ (Bajo, indicando humedad o contaminación) | > 100 GΩ a 20°C (Alto y estable) |
| Factor de potencia del aislamiento | > 1.0% (Alto, señal de degradación) | < 0.5% a 20°C (Bajo, aislamiento sano) |
| Corriente de excitación (en vacío) | Anormalmente alta o desbalanceada entre fases | Baja y simétrica, conforme a datos de placa |
| Impedancia de cortocircuito | Desviación > 7.5% del valor de placa | Desviación < 3% del valor de placa |
| Gases disueltos en aceite (DGA) | Niveles altos de acetileno, etileno, metano | Gases combustibles en niveles no detectables o muy bajos |
Los resultados objetivos validan el éxito de la reparación. Un transformador que aprueba estas pruebas es un equipo confiable.
Más allá del núcleo y las bobinas: la revisión integral
Un transformador es un sistema complejo, y su buen funcionamiento depende de sus accesorios. Una reparación de primer nivel, como la que respalda equipos de marcas como Arteche o G&W Electric, incluye la inspección y calibración de estos componentes.
Elementos como el cambiador de derivaciones, indicadores de nivel y temperatura, relevador Buchholz y válvula de sobrepresión son sometidos a una revisión minuciosa para asegurar su correcto funcionamiento mecánico y eléctrico.
Un transformador puede tener la parte activa impecable, pero si su relevador de protección falla en el momento crucial, el resultado será otra falla catastrófica. La validación de los accesorios no es un extra, es una pieza fundamental de la garantía de seguridad y fiabilidad.
La eficiencia energética como termómetro de calidad
Hoy en día, la validación final debe incluir la verificación del rendimiento energético. El mercado mexicano de transformadores eficientes, valorado en 394.50 millones de dólares, proyecta un crecimiento a 658.06 millones de dólares para 2033, según ver el análisis del mercado de transformadores eficientes en México. Esto indica que una reparación de calidad debe asegurar que las pérdidas del transformador se mantengan en niveles óptimos para no comprometer su eficiencia original.
El reporte final: el acta de nacimiento de una nueva vida
Cada medición y resultado se documenta en un protocolo de pruebas formal. Este documento es la evidencia tangible del éxito de la reparacion de transformadores, comparando los valores obtenidos con los datos de placa y los límites normativos. Este reporte no solo certifica la calidad del trabajo, sino que se convierte en la nueva línea base para el mantenimiento futuro del equipo, avalando que está listo para operar de manera segura y eficiente.
Preguntas frecuentes sobre la reparación de transformadores
Para ingenieros y responsables de mantenimiento, tomar decisiones sobre activos críticos como los transformadores implica consideraciones técnicas y financieras significativas. A continuación, respondemos algunas de las preguntas más comunes.
¿Cuándo tiene sentido reparar en lugar de comprar uno nuevo?
La decisión se basa en un análisis costo-beneficio. Generalmente, si el costo de la reparacion de transformadores es inferior al 60-70% del valor de un equipo nuevo, la reparación es financieramente viable. Sin embargo, el factor tiempo suele ser más decisivo. La adquisición de un transformador nuevo de media o alta tensión puede tardar meses, mientras que una reparación puede reducir drásticamente el tiempo de inactividad y las pérdidas asociadas, justificando la reparación incluso si los costos son comparables.
¿Qué tipo de garantía puedo esperar en un transformador reparado?
Un taller de reparación profesional y con experiencia debe respaldar su trabajo con una garantía similar a la de un equipo nuevo, típicamente de 12 a 24 meses, cubriendo tanto la mano de obra como los materiales utilizados. Esta garantía es un indicador clave de la calidad y confianza del proveedor. La póliza debe detallar claramente los componentes y fallas cubiertas, demostrando que el proceso se adhirió a normativas como IEC e IEEE.
¿Es realmente igual de confiable un transformador reparado que uno nuevo?
Sí, siempre que el trabajo se ejecute correctamente. Un proceso de reparacion de transformadores que utiliza materiales de alta calidad, técnicas de rebobinado precisas y un secado al vacío controlado puede restaurar el equipo a sus especificaciones originales de rendimiento y fiabilidad.
La clave de todo está en la validación. Las pruebas finales de tensión aplicada, tensión inducida y medición de pérdidas no son negociables. Son el certificado objetivo de que el transformador está listo para una segunda vida útil, tan segura y eficiente como la primera. Si un equipo pasa estas pruebas, está listo para volver al campo de batalla.
¿Cuánto tiempo suele tomar una reparación?
El tiempo varía según la potencia del transformador y la severidad del daño. Una reparación menor, como el sellado de una fuga, puede tomar unos días. En cambio, un rebobinado completo de un transformador de potencia es un proyecto que puede durar de cuatro a ocho semanas, o más si se requieren materiales específicos.
En México, la reparacion de transformadores es una solución estratégica. El IMCO ha señalado la necesidad de inversiones masivas para modernizar la red eléctrica nacional. En este contexto, la reparación local es una alternativa esencial para mantener la continuidad del servicio. Si te interesa profundizar en el tema, puedes leer la investigación completa sobre la infraestructura del sistema eléctrico.
En conclusión, la reparación de transformadores, cuando es ejecutada por expertos y bajo estándares rigurosos, no solo es una alternativa rentable al reemplazo, sino una estrategia inteligente para optimizar la gestión de activos, asegurar la continuidad operativa y fortalecer la infraestructura eléctrica. La clave del éxito radica en un diagnóstico preciso, el uso de materiales de alta calidad y una validación final exhaustiva, garantizando un rendimiento fiable y seguro a largo plazo. La experiencia de marcas como G&W Electric, Arteche y Hitachi Energy demuestra que la fiabilidad de los equipos de potencia se construye sobre la base de la excelencia en ingeniería y el cumplimiento normativo.
En iTepeyac, llevamos más de 15 años en la trinchera, combinando nuestra experiencia con la representación de marcas líderes como G&W Electric, Arteche y Hitachi Energy. Ofrecemos soluciones de ingeniería eléctrica que garantizan máxima fiabilidad y seguridad. Si necesitas asesoría experta para gestionar tus activos de media y alta tensión, estamos para ayudarte.
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